Los que salieron a votar el domingo pasado expresaron un voto protesta en contra de cualquier candidato que reflejara algo de esta administración.
Varias reflexiones. A pesar de algunos episodios lamentables como el de Gamarra y dos municipios en los que no se pudieron realizar elecciones, con todo lo que sucede en el país, Colombia logra realizar un debate electoral que dacredibilidad y confianza. Uno de los análisis más interesantes, recomendado, el de Catalina Navarro en el Espectador titulado ¿Giro a la derecha? El dato que relaciona la investigadora de Dejusticia lo dice todo: en abril del año pasado tan solo el 18% de los jóvenes mostraban su intención de voto por candidatos de derecha, y ahora, después de 14 meses de gobierno de Petro, el cálculo es que fue el 38% de los jóvenes quienes votaron por candidatos de centro derecha. Es decir, el domingo pasado Colombia giró a la derecha. Eso explica el holgado triunfo de castas políticas como los Char, los Gnecco en Cesar a pesar de que su líder Cielo Gnecco tiene orden de captura como determinadora de dos homicidios, Alejandro Eder en el Valle; explica lo mal que le fue a Daniel Quintero en Medellín – su candidato tuvo una diferencia de 5 a 1 -. Sin duda una derrota grande al Pacto Histórico como se había previsto. Un gran interrogante con los resultados del domingo pasado, es el impacto que va ha tener en las elecciones presidenciales dentro de dos años. Pareciera que mucho.Esto a nivel nacional.
Localmente, William Villamizar logra aún movilizar un grupo de votantes que lo llevan a la gobernación por tercera vez a pesar del rechazo de mucha gente, dejando a Diego González en segundo lugar, que en todo momento se vio como un candidato que no representaba ninguna diferencia. En estas elecciones quien se erigió como el candidato alternativo, de protesta frente a la maquinaria de William fue el General Mora, quien logró el tercer lugar con una votación cercana a 116 mil votos. No logramos derrotar a las maquinarias, lo digo porque desde otra orilla impulsé el voto en blanco como protesta – 53 mil votos -. Esperaba un resultado mejor, solo queda refugiarse en aquella frase de Oscar Wilde que aparece en el “ Retrato de Dorian Gray”, “aquellos que se hurtan a la lucha quedan peor heridos que los que hacen parte de ella”. Desalentador lo que nos espera en los próximos cuatro años en los temas del departamento, más de lo mismo. Para la alcaldía, a pesar de todo, mejor que haya ganado Acevedo que Jácome, quien aún no acepta la derrota. Con todoes importante la derrota de Ramiro. Esa actitud de Jácome y su grupo, que estuvieron cerca de agredir a Acevedo en las instalaciones de la biblioteca, ante todo muestran los niveles de intolerancia y agresión a los que estábamos llegando.
No les fue nada bien a los candidatos de centro. Aparece claro que hizo mucho daño en las urnas el domingo pasado a cualquier candidato que de una u otra forma los identificaban con el alcalde Yáñez. Sin duda hubo mucho de voto castigo a ese centro. Los que salieron a votar el domingo pasado expresaron un voto protesta en contra de cualquier candidato que reflejara algo de esta administración. Ya triunfaron William y Acevedo. Ojalá que tengan el espacio de sensatez y reflexión de entender que llegar a ser gobernador o alcalde es una distinción que debe enaltecerla y dignificarla quien la gana, y por ello deberían escuchar a los estamentos, a los gremios, a la gente, y no tomar el camino equivocado de muchos mandatarios que lo tuvieron todo, que la vida les dio una oportunidad, y no como le sucediera al exalcalde Samuel Moreno en Bogotá que por corrupción terminó condenado, y murió solo y olvidado en una celda. Seguramente con amargura Samuel Moreno entendió en su celda, ya cercano a la muerte, que el gran error en su vida fue haber sido alcalde.
Actualmente, no hay preavalado un precandidato que le convenga a Cúcuta
Hace unos días, el abogado y aspirante a la Alcaldía de Cúcuta, Carlos Alberto Jaimes Fernández, anunció en una rueda de prensa su renuncia a la militancia del nuevo partido Dignidad y Compromiso. Jaimes argumentó que existía un continuismo de las maquinarias políticas que buscaban mantener en el poder a personas que poco o nada han contribuido a la ciudad cuando tuvieron la oportunidad.
Posteriormente, Luis Enrique Rivera Barbosa, copresidente del nuevo partido Dignidad y Compromiso en Norte de Santander, presentó su renuncia a su cargo y a la militancia, en solidaridad con lo sucedido con el aspirante Carlos Jaimes.
En otra instancia, el 25 de mayo de este año, el abogado y también aspirante a la Alcaldía de Cúcuta, Jairo Ibero Ortega, decidió retirar sus aspiraciones políticas debido a la fuerte competencia económica generada por las maquinarias políticas en la ciudad.
Es evidente que las maquinarias políticas no desean que dentro de las filas partidistas existan personas con ideologías diferentes a las suyas, ya que esto les impediría seguir beneficiándose del erario.
Con lo acontecido con los aspirantes independientes a la Alcaldía de Cúcuta, el grueso calibre económico de las maquinarias políticas, el continuismo político, y los tradicionales candidatos partidistas, considero hasta ahora que no existe un aspirante preavalado que valga la pena para la ciudad, de continuar esta politiquería muchas personas haran al igual que los comerciantes de la ciudad, Empacar e irse de Cúcuta.
Cúcuta no podrá soportar más esta tendencia irresponsable de los votantes de las maquinarias, en años pasados esto poco importaba, los cucuteños tenían casi todo por Venezuela (gasolina, alimentos más económicos y empleo), pero como la vaca lechera se secó, el consumo y el empleo será local.
¿Apreciado Ciudadano, será que somos tan burros para votar por los mismos.?
Por mi parte de NO encontrar un Candidato Independiente, Avalado, con propuestas solidas, responsables y demostrables, APOYARÉ el #VotoEnBlanco
Hace 45 años, un 24 de diciembre, en la Clínica San Antonio, hoy Hotel Atlantís, nació Carlos Alberto Jaimes Fernandez, el hijo menor del matrimonio de Elías Jaimes Castillo, Q.E.P.D. y Doris Fernández de Jaimes, ahora es padre de familia, con dos hijos.
Estudió toda su primaria y bachillerato en el Colegio La Salle, donde obtuvo el botón de oro al mejor bachiller.
Es un hijo de la Universidad Pública, graduándose como Administrador de Empresas de la Universidad Francisco de Paula Santander, Administrador Público de la Escuela Superior de Administración Pública, y, Economista de la Universidad de Pamplona, asimismo adelantó estudios en Derecho en la Universidad Libre, única universidad que para la época ofrecía esta profesión.
Posgraduado en 5 especializaciones, 2 maestrías y este año 2023 recibe su grado de la sexta especialización y Doctorado.
Su mayor experiencia profesional ha sido como profesor universitario, actualmente es docente tiempo completo de la Escuela Superior de Administración Pública, categoría Titular, sin embargo, su carrera docente la ha alternado con dos representaciones populares, del 2004 al 2007 fue concejal de Los Patios y del 2012 al 2015 fue concejal de Cúcuta, se ha distinguido por ser un fuerte opositor a las concenciones de los servicios públicos y a que se establezcan nuevos tributos a los contribuyentes.
También se ha desempeñado como Director Administrativo de la Empresa Industrial y Comercial de Villa del Rosario – EICVIRO ESP, Asistente en el Senado de la República, Defensor Público, Asesor en la Comisaria de Familia del municipio de Los Patios y asesor de entidades públicas y privadas.
Como buen Cucuteño Raizal con gran espíritu cívico, ha liderado diferentes causas sociales como el referendo derogatorio de las concesiones de los servicios públicos de Los Patios, Veedor gremial a las obras de valorización de Cúcuta y actualmente es el asesor jurídico del Comité de Desarrollo y Control Social a los Servicios Públicos Domiciliarios de Cúcuta.
Hola amigos, hoy quiero contarles que me estoy capacitanto como Administrador Público y el por que estoy formandome en esta profesión.
El Administrador Público es un profesional dotado de los valores del servicio público inherentes al Estado Social de Derecho, comprometido con la puesta en vigencia de las instituciones democráticas participativas y poseedor de las aptitudes requeridas para la comprensión, explicación y solución de problemas administrativos
Todo comenzó en 1992 con la idea de conocer mejor el funcionamiento del estado colombiano, tras la nueva implementada constitución política. Para entonces realizaba investigaciones empíricas sobre sobre el tema; en el 2003 con la sanción de la la ley 850 del mismo año, me uní a una comunidad de Veedurías Ciudadanas, donde recibí algunas capacitaciones referentes al control social y allí conocí la carrera administrativa, y a partir de ese momento se fundó en mí el deseo de estudiarla con el objetivo de implementar esos conocimientos en mi pasión por el Control Social y las Veedurías Ciudadanas, pero solo hasta mediados de este año logre consolidar mi deseo.
La capacitación profesional en la que me formo, la practico en la ESAP de la territorial de Cúcuta y como es una profesión muy poco conocida me gustaría invitarlos a investigar un poco mas sobre ella.
Para más información puede visitar el portal institucional
En uno de mis abúlicos días. En una tarde, sin nada que hacer, ni que escribir, me fui al puente internacional que une a Colombia con la República de Venezuela y meditando en blanco observé el trabajo de una cantidad de compatriotas en ésta zona de frontera.
No sé cuánto tiempo pasó, ni quiénes me vieron; lo cierto es que sentí una mano sobre el hombro y una ruda voz, como su semblante, preguntándome:
– ¿Qué haces?
Como en las películas me volví poco a poco. Era un joven de unos veinte años, quemado por el sol, vestido de pantalón corto, mejor dicho recortado a la altura de las rodillas, y cotizas.
Observando este hormiguero humano – le dije –
Se sonrió y pasó a preguntarme: ¿es usted contrabandista?
No – respondí – pero me gustaría conocer la historia de los contrabandistas.
Ajá – murmuró – ¿y a quién se la va a preguntar?
Dicen que Dios los hace y ellos se juntan – repliqué – Rió a mandíbula abierta y disparó como una bala de cañón una apreciación muy personal: “si que soy retoche, yo le voy a contar el tejemaneje de ésta huevonada”
Le invité a tomarse algo pero me cortó tajante: “yo quiero una limonada pero que sea colombiana”. No le pregunté el por qué de esto y le acompañé en su intención. Nos sentamos bajo uno de los árboles del lugar y le miré interrogante. Entendió mi pregunta silente.
“Sabe por qué me he decidido a contarle esta vaina, pues toche, dígame si no es importante relatar todo lo que sufrimos, lo que nos asoleamos por conseguir algo para llevar a nuestras casas”
Saboreó otro trago de limonada colombiana y continuó:
“Ser maletero es una tochada muy arrecha. Levantarse a las cuatro de la mañana; porque usted sabe: Venezuela es una patria hermana pero allí no hay pesos sino bolívares, no se dice “quiubo mano” sino “coño vale”; para nosotros ellos son los hermanos venezolanos, para ellos nosotros somos los coño e madre colombianos; en Cúcuta ellos son los turistas, en San Cristóbal nosotros somos los hijos de puta indocumentados, pícaros, ladrones y coqueros…mejor dicho, son las únicas hermanas que no tienen nada de parecido, ni se quieren sus gentes”.
Miró hasta donde sus ojos podían divisar, pasó la mano encallecida por sus cabellos despeinados y reinició su exposición:
“Pero el problema no es ese, el problema del maletero es otro. Imagínese usted tener que llegar con éstas cotizas viejas, los pantalones recortados, con una hilacha de camisa para tener presentación, aunque el calor de nuestra tierra es para calcinarle los huesos a cualquiera”
No le interrumpí mientras quitaba con el dedo índice de su mano izquierda una hormiga que paseaba por el borde del vaso plástico que, no tenía ninguna duda, era venezolano.
“Esperar que lleguen los contrabandistas, pero no los pichirres esos que llevan dos kilos de harina pan y tres compotas, esos no, sino aquellos capos del contrabando, los que tienen arreglados a los guardias de la aduana, a los policías de la alcabala…a propósito, yo no sé que hacen esos retoches jodiéndose en la clase trabajadora; porque contrabandear es trabajo y bien arrecho; pagar a como pidan nuestros hermanos venezolanos, amontonar en alguna parte y comenzar a pasar en bolsas, en cajas, en la mano, a las costillas…esquivar la aduana, los policías y repagarle a los taxistas porque éstos son la mierda en pasta, no pueden ver una cajita porque ya no lo miran como una simple persona, no, lo miran como el marrano de turno. Después de lo anterior comienza la odisea en el terminal de Cúcuta y a lo largo de la carretera…mejor le cuento el final: lo que ganan no es mayor cosa, apenas les alcanza para comer mal junto a sus fami lias. Claro que el concepto de los de la aduana es que se están volviendo millonarios con los tres potes de leche y los tres tarros de aceite que llevan…mierda, éstos contrabandistas apenas subsisten con su trabajo lleno de problemas, de extorsión y chantaje en que se desenvuelven”
Otro trago de limonada, la mirada perdida y la voz como un susurro:
“Los que si son millonarios son los que nosotros ayudamos a pasar toneladas de aceite, de mayonesa, de leche, de repuestos. De esos hijueputas si se puede decir que tienen plata. Pagan lo que sea y pasan por la nariz de la mal llamada ley sin que se les diga nada. Claro, como les van a decir si el billete fue girado por adelantado para que lleguen hasta Cali, Medellín o Bogotá con su cargamento multimillonario sin perder una sola tuerca, o un solo pote de leche”
Le interrumpí para cuestionarlo: ¿y lo que sale en la prensa?
“Si usted no es bobo está por sacar el título – me dijo – por eso los sapos de la aduana tienen que desquitarse con los minoristas para que los periódicos fabriquen las noticias de que trabajan mucho pero todos sabemos cómo llega el agua al molino. Esas noticias son mentirosas; cada vez que las veo, cada vez que deletreo esos titulares, siempre que tomo un recorte de esos titulares, siempre que las oigo, siempre que tomo un recorte de esos periódicos me sabe a mierda venezolana” – Pero…
“No perdamos el hilo, como dice mi cucho. Cuando llegan los peces gordos, los que no les importa que el rio Pamplonita se seque, que las calles estén llenas de huecos, que se roben los carros, que haya prostitución infantil; nosotros caemos como chulos a la presa y en unos minutos el caudaloso rio Táchira; que de caudalosos ya no tiene nada; se llena de maleteros y formamos, como usted dijo,el hormiguero humano. Ahí, en esa asoleada, en esa maltratada contra las piedras, en esa exposición de la vida”
¿Cómo así? – interrumpí tajante:
“…te parece extraño, no mijo, de pronto una bala puede cruzar el aire y dejarlo como canilla de muerto o pata de perro envenenado en pleno rio…ya varios han caído aquí y seguimos esperando que el gobierno colombiano se pronuncie…en todo eso nos ganamos el pan nuestro de cada día”
¿Otra limonada? – le pregunté para tratar de calmarlo y no tener que reafirmar esta clase de atropellos.
Si – respondió – y ya no me importa si es colombiana o venezolana.
Por qué ese cambio – le recriminé –
“Jajaja, porque mis tres hijos se han criado con el producido de éste trabajo y con potes de leche venezolana.
Compré dos jugos de naranjas venezolanas y volvimos al sitio donde habíamos estado.
“No todo es fácil. Una vez, los de la PTJ, que según nuestros hermanos venezolanos quiere decir Policía Técnica Judicial, pero traducido al idioma de los maleteros, perdone usted, quiere decir Partida de Tripl e y Jueputas…si, se lo digo sinceramente, esos uniformados no tienen alama y mucho menos corazón. ¡Qué toches más inhumanos! Mire, un día que amaneció diáfano, limpio el cielo de nuestra querida América, como decía Bolívar, llegamos todos, porque aquí hay antioqueños, vallecaucanos, santandereanos, costeños pacíficos y atlánticos, pereiranos, caldenses, mejor dicho de toda Colombia hay representación aquí. A propósito ¿qué profesión tiene usted?”
Estoy concluyendo mis estudios de Administración Pública – le dije –
Desconociendo mi respuesta agregó:
“…para una selección Colombia de maleteros no deben buscar técnico y mucho menos pelearse por encontrarla, se vienen aquí a La Parada y listo. Aquí está la mejor de todas…bueno, como le estaba contando, no estábamos lejos de la realidad, llegó un capo de Medellín, su especialidad repuestos para carros y motos, dinero para invertir, no se asombre, quinientos millones de pesos; un camión esperando la mercancía. Toda una mañana pasando, los treinta maleteros que él escogió, el contrabandito. Mientras tanto en la alcabala bajaban a las señoras que llevaban dos kilos de harina pan, ¡pobres maricones! Quitándole la arepita de una familia al desayuno mientras el paisa comiendo caviar y champaña en los mejores hoteles de Colombia… ¡Qué injusticia tan arrecha!”
“Diez mil pesos por cada viaje – dijo el tipo – era un buen negocio, cada uno haríamos un promedio de seis viajes, el día estaba asegurado”.
“A trabajar muchachos – dijo en su acento paisa – y se sentó en la parte delantera de la camioneta último modelo colombiana mientras se fumaba un cigarrillo nacional… ¡Qué ironía!
“Nos lanzamos en busca del primer cargamento pero una sorpresa nos esperaba – se opacaron sus ojos – el agua se fue tiñendo de rojo y uno a uno fuimos cayendo sentados para evitar mutilarnos los dedos de los pies…la PTJ había partido una cantidad de botellas de polar y las había regado por el camino imaginario que teníamos trazado en el agua. Los cascos se insertaron con fiereza en nuestras carnes pues todos queríamos llegar primero al otro lado para ganarnos diez mil pesitos más. La suerte nos deparaba esa jugada y la sangre de toda esa gama de maleteros de Colombia se unió entre el agua del rio Táchira para recordarnos que uno de los colores que ti ene la bandera de nuestra patria y la de Venezuela es el rojo, y que con sangre Bolívar escribió la historia libertadora de éstas repúblicas hermanas”
Se quedó silencioso durante unos segundos en los que no acertaba a preguntarle absolutamente nada. Todo estaba dicho. Era la verdad aunque muchos quisiéramos desconocerla.
“Y aquí estamos – dijo con tristeza – y aquí seguimos todos los días tras los peces gordos del contrabando. Se me olvidaba: todos muy bien referenciados y hasta con apellidos importantes. Esa es la vida: una pobre madre de familia hace mil piruetas y pide a todos los santos para que no le arrebaten la harina que será el sustento para sus hijos, mientras los camiones llenos de tantas cosas y de valores millonarios pasan tranquilamente por las alcabalas deteriorando la economía nacional pero consolidando el fraude, el chanchullo, el desangre de ésta nación para bien de unos pocos. A los maleteros escasamente les alcanza para comer, bueno nos alcanza para medio comer. Si no lo creen, o creen lo contrario, los espero aquí, en el puente internacional y hablamos de nuestra vida, de los pequeños contrabandistas, de los peces gordos del contrabando y, por qué no, de Bolívar y nuestros hermanos venezolanos”
El Maletero, Bautista Rodriguez, J.E., (2010), Interludio, Cúcuta, Colombia: Fuente Personal
El de la locura y el de la cordura son dos países limítrofes, de fronteras tan imperceptibles, que nunca puedes saber con seguridad si te encuentras en el territorio de la una o en el territorio de la otra.
Administrador Publico, especialista en Gestión Pública, en proceso de graduación de la Maestría de “Fronteras e Integración” de la Universidad de Los Andes de Venezuela. Coinvestigador del Grupo en Formación “Antrópolis”. Docente Ocasional de tiempo completo en la Escuela Superior de Administración Publica – ESAP.
Resumen:
La ciudad de San José de Cúcuta se ha ido convirtiendo en una ciudad sin ley. De ser una de las más importantes ciudades de Colombia por sus ventajas geoestratégicas, llegando a ser considerada “La Perla del Norte”, la “Sala de Colombia”, y “el Portón de la Frontera”; hoy se debate en medio del olvido gubernamental, de la desidia de sus propios habitantes, de la inseguridad y de la debacle económica en todos los sectores. Metodológicamente optamos por una revisión de artículos de revistas y de prensa, las vivencias, al tener que pasar la frontera cada ocho (8) días para cumplir con las jornadas de estudio en la Universidad de Los Andes de San Cristóbal, Venezuela, y el marco legal establecido para algunos casos especiales de delitos en la frontera. El resultado esencial es demostrar las diversas actividades ilegales y los problemas sociales que originan los grupos ilegales, los contrabandistas y el modo de ser de las personas que llegan a “refugiarse” en ella, haciéndola una de las zonas “calientes” para el postconflicto. Cúcuta, por lo tanto, deambula entre la legalidad de sus límites y la ilegalidad por ser zona de frontera.
CÚCUTA: ENTRE LA LEGALIDAD DEL LIMITE Y LA ILEGALIDAD DE LA FRONTERA
San José de Cúcuta, “La Perla del Norte”, en otrora, me permite presentarles un tema que parece inédito para muchos autores y entendidos en los temas de frontera. Es un análisis a esa paradójica situación entre la legalidad del límite y la ilegalidad de la frontera. Tema que es más de tipo periodístico porque en esos artículos, o crónicas, se destilan especulaciones, resentimientos, recelos, opiniones y conceptos, muchas veces, que obedecen a la visión de un periodista capitalino, sea de Caracas o Bogotá, que apenas descubre la frontera en unas horas de estadía para cumplir con un trabajo orientado por quien le remunera y exige, en muchos casos también, escribir de acuerdo a lo que sus directivos le “sugieren” para no ofender, o para ofender a los mandatarios de turno.
Pero ubiquemos a la ciudad capital del departamento Norte de Santander. Cita Miguel Angarita en su trabajo Cúcuta, desde sus inicios hasta hoy: “el aporte bravío de los indios Cúcuta, Chitareros y Motilones y el acervo español, fue continuado por italianos y alemanes. Este mestizaje, en un suelo cálido y quebrado originó un tipo humano fornido, inteligente, recursivo, combativo, risueño, tomador de pelo, temperamento egocentrista. En su mayoría de raza blanca, hidalgo y adicto al pulimento del espíritu sano y un vacío que se puede mejorar en lo cultural y en el sentido de pertenencia”.
Entre los hechos importantes estarían: la fundación de Cúcuta en 1733. Se construyen las primeras 40 viviendas con techos de paja, paredes de adobe y de bareque. Las familias que inicialmente se ubicaron, siempre buscaron la orilla del río Pamplonita. El primer trazado, de calles y avenidas, fue elaborado por el Ingeniero Francisco de Paula Andrade; a la margen derecha San Luís y el trazado para las primeras viviendas. Se elaboró de acuerdo al plano original, (Angarita, 2010), cuando se donan los terrenos por parte de doña Juana Rangel de Cuellar, y las ilustres personas con título nobiliario de Doña y Don: Félix Trujillo Salvago, Juan de Lara Joves, Juan de Avendaño Narváes, Bernarda de Leyva, Isabel de Leyva, Joseph Ramírez, Manuel Ramírez, Juan Francisco de Lara, Vicente de Soto, Joachin Trujillo, Xavier de Abrego, Franco Días, Juan Arias, Juan de Orozco, Henrique de Acevedo, Luisa Orozco, Henrique de Acevedo, Luisa Orosco, Gaspar Zambrano, Ignacio Rivera, Nicolás Rangel, Thomas Rodríguez, Marcos Moreno, Joseph García, Andrés Rangel, Martín de Sumalabe, Joseph Gómez Figueroa (que era capitán de la infantería española), Juan Jacinto de Colmenares y Francisco Rangel. Como pueden notar se usa la S en lugar de la Z, ya que, en buena parte de Andalucía, Canarias, y en las regiones hispanoparlantes de América, se articula como una consonante fricativa sorda dentoalveolar, el mismo que se representa mediante la letra S.
Otro hecho histórico fue el del once (11) de mayo de 1875, a las once (11) de la mañana sucede el terremoto que destruye gran parte de la ciudad, obligando a muchas personas, y familias enteras, a buscar su nuevo asentamiento en los caseríos y poblados más cercanos. Algunos en Venezuela, sobre todo en Capacho Viejo (Estado Táchira). El movimiento telúrico también afectó poblaciones como Villa del Rosario, San Cayetano, Chinácota, Salazar, Cucutilla, Arboledas, Bucaramanga, Piedecuesta, Girón y Matanza. En esa época Cúcuta estaba conformada por 52 manzanas de casas de tejas y tapia en una extensión de 2,5 kilómetros. Tapia era “la tierra apisonada fue bien conocida por siglos en todos los continentes del mundo como técnica tradicional de construcción de muros. De hecho, en Asiria se encontraron cimientos de tierra apisonada que datan del año 5.000 a. C. La técnica consiste en rellenar un encofrado con capas de tierra de 10 a 15 cm compactando cada una de ellas con un pisón. El encofrado está compuesto por dos tablones paralelos separados, unidos por un travesaño. En francés esta técnica se denomina Pise de tierra o terre pise, en inglés rammed earth, en alemán: Stampleflehmbau. Técnica tradicional en países en vías de desarrollo. En la continua presencia de movimientos de la tierra en esta zona de frontera, todavía muchos recuerdan el temblor que sacudió a Cúcuta el 17 de octubre de 1981, a las 11::32 de la noche, con una intensidad de siete grados en la escala de Richter, y que causó daños materiales en casas y edificios. Hacia 1900 ciudadanos alemanes e italianos inician la reconstrucción de la ciudad.
Los personajes históricos de renombre, Virgilio Barco Vargas, que de 1986 a 1990 ocupó el solio de los Presidentes de la República Colombiana; había nacido en el año de 1921, un 17 de septiembre. Falleció en 1997 un 20 de mayo. Erasmo Meoz, ilustre médico, nació en Cúcuta el 5 de octubre de 1858, hijo legítimo de Francisco de Paula Meoz y doña Ana Wilthew. Cursó estudios de medicina en Maracaibo, Venezuela, y alcanzó el título de médico cirujano el 21 de octubre de 1885. Siendo servidor incansable de los enfermos de Cúcuta, a quienes visitaba directamente en sus casas porque sabía de las precarias condiciones en que vivían (Cúcutanuestra.com). Rudesindo Soto, benefactor que regaló, junto a su familia, muchas de las propiedades para obras sociales, entre ellas el Asilo de Ancianos y el Reformatorio de menores. Manuel Antonio Fernández, donó la casa de su propiedad para el antiguo hospital San Juan de Dios. Camilo Daza Álvarez, aviador de talla nacional y fundador de la Fuerza Aérea Colombiana. Rafael García Herreros Unda, sacerdote fundador del “Minuto de Dios”. Juan Atalaya y Pizano, era español de Cádiz, pero en el corazón de los historiadores lo contemplan como benefactor cucuteño al donar los terrenos donde se asienta la ciudadela de Juan Atalaya.
Hoy, la “muy noble, valerosa y leal villa de San José de Cúcuta”, oficialmente San José de Cúcuta, (por su patrono San José y la memoria del cacique Cúcuta), es la ciudad capital del Norte de Santander, con 1.176 kilómetros cuadrados de superficie, 31 grados centígrados de temperatura promedio, y más de un millón de personas, que se abre a retos que la caracterizan como una ciudad estratégica en todo sentido.
Por tradición Cúcuta ha sido una ciudad comercial, con dependencia del intercambio con la República de Venezuela y, a pesar del cierre de los pasos fronterizos, con relación de interacción estrecha con el pueblo venezolano. Esa línea imaginaria, el límite, y ese lugar interactivo, la frontera, nos brinda la posibilidad de abrir un tema, el que presento casi que de forma inédita.
Debo evocar a mis Maestros, de la Universidad de los Andes de Venezuela, para socializar términos que nos apoyen a solidificar los conceptos del tema presentado. En la visión sistémica de las fronteras de Venezuela expuesta por el Doctor Pavel Rondón, propone La Unidad de lo Diverso. Desde una visión a real (Sistema de Relaciones) y una visión lineal (La Jurisdicción de cada Estado), pero al final de cuentas hay unión entre las partes y se forma el todo en una sola unidad, “la frontera es un sistema unitario de relaciones, es igual a un enfoque sistémico” (Rondón, P. conferencia en la ULA San Cristóbal, ante los maestrantes de la V cohorte de Fronteras e Integración-19/06/2015). Otra idea interesante es que el territorio, la cultura, la política y la economía tienen una dimensión específica en la especialidad fronteriza. Y ese espacio existe si hay personas.
Llama poderosamente la atención el término “Contrabando de Extracción” que usamos sin que sea un término económico. Sin embargo, en la prensa hablada, escrita y televisiva a diario lo mencionan y le dan connotaciones económicas; “el termino fue un invento de Jaime Lusinchi” (Rondón, P. conferencia en la ULA Sn Cristóbal, ante los maestrantes de la V cohorte de Fronteras e Integración-19/06/2015).
Una frase que nos debe colocar a pensar es la pronunciada por el Dr. Pavel Rondón cuando dice: “cuando se descubre a América, se completó el mundo”, porque el análisis nos lleva a pensar que Europa, y el resto del mundo conocido estaban incompletos hasta tanto no se descubre nuestro continente americano. Y acto seguido se convirtió en el complemento histórico, comercial y de oportunidad de una nueva forma de vivir para el resto del mundo. Además, es bueno recalcar lo que muchos deberíamos asegurar: “soy un hombre de América, por eso no soy ni un colombiano, ni un venezolano más”. Visionando, así, que todos debemos luchar por la integración de nuestros pueblos, sin estigmatizarnos por el lugar donde nacimos.
De la interesante charla del Dr. Feijoo Colomine hay un elemento vital para entender el por qué el presidente Hugo Rafael Chávez Frías (Q.E.P.D) se convierte en un icono de toda la América traspasando fronteras, porque hay una América en los ejes fronterizos pobre, olvidada, desnutrida, analfabeta, sin vivienda, sin educación, y sin opciones de mejorar su calidad de vida. Lamentablemente su ideología fue aprovechada y mal interpretada.
Los problemas fronterizos, que confronta a Venezuela con Colombia, son cada día más graves y requieren objetivos, políticas coherentes, y, además, tenacidad y perseverancia, para poder alcanzar la solución de los mismos. Estos problemas son de tal dimensión que no se pueden resolver en la administración de un solo período constitucional; los mismos son producto de factores políticos, sociales y económicos acumulados por mucho tiempo y que afectan a los pobladores de ambos países; que han ocasionado la instauración de la guerrilla, el narcotráfico, los inmigrantes ilegales, el contrabando, el secuestro y el desplazamiento humano, entre otros, siendo Cúcuta la ciudad con mayor impacto negativo. Cabe destacar que cada día se hacen más insolubles en la medida en que se postergan las soluciones planteadas. Los problemas fronterizos entre Venezuela y Colombia constituyen hoy día una de las dificultades más graves que preocupan a estos países y los demás países vecinos, por cuanto incluyen inconvenientes de orden físico, económico y humano.
Este es un tema interesante, y complicado, en la cual intervienen numerosos factores. Solo plantearemos los elementos más relevantes y característicos de esta singular relación de dos países hermanos envueltos en una situación generada por lo que se ha llamado una frontera conflictiva que requiere no solamente un estudio cuidadoso, sino soluciones que satisfagan las pretensiones de los involucrados en el problema e inicien un camino de entendimiento profundo y provechoso, teniendo como base la armonía, y el diálogo, y el entendimiento como norma. Sin odios por “el otro”, que al fin de cuentas somos nosotros mismos mirados desde “el otro lado” del puente. (Kaldone, 2010).
Ese sería el mejor sentido, pero Venezuela vive de manera continua en graves problemas entre los cuales inciden diferentes factores y aspectos tales como: inmigrantes ilegales, el contrabando, la guerrilla, el narcotráfico, el secuestro y el desplazamiento humano, los cuales desafían permanentemente el entendimiento civilizado y la convivencia pacífica en la zona fronteriza de dos países vecinos, y violentan el desarrollo y la vida cotidiana de los que aquí habitamos. Parados en las dos orillas del rio Táchira, unas veces llevamos hacia Venezuela lo que ellos demandan, pero muchas veces traemos lo que nosotros necesitamos. Es una “cooperación” sin acuerdos, y sin leyes, que benefician a todos por igual.
Pero no pude uno más que sorprenderse al leer el documento que detalla las trece (13) fronteras más violentas del mundo. Ocupar el noveno puesto de tan desventajosa clasificación me motivó, aprovechando una de las líneas de investigación: “Políticas y Relaciones Internacionales”, para iniciar la excavación del tema. Seguramente, como el minero, conllevará, a partir de este momento, extensas horas de buscar en los socavones del conocimiento la realidad de nuestra zona común de frontera: Cúcuta (Colombia) y el Estado Táchira (Venezuela). Podemos denotar que centraremos nuestra mirada en las ciudades de Ureña, San Antonio, Rubio, Capacho y San Cristóbal en el Estado Táchira, Venezuela, y el corregimiento de La Parada (municipio de Villa del Rosario) y Cúcuta, capital del departamento Norte de Santander en Colombia.
No queriendo dejar un vacío de las trece (13) fronteras más peligrosas en el mundo, citemos:
Sudán y Sudán del Sur, longitud: 2.170 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: desde comienzos de junio han muerto docenas de personas por bombardeos y hay más de 113.000 desplazados en el Estado fronterizo de Kordofán del Sur, perteneciente a Sudán.
India y Pakistán, longitud: 2.900 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: tres guerras, más de 115.000 muertos, acumulación actual de armas nucleares.
Afganistán y Pakistán, longitud: 2.400 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: anarquía, Al Qaeda y otros grupos terroristas, ataques de aviones no pilotados.
Estados Unidos y México, longitud: 3.100 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: casi 40.000 personas muertas en México desde 2007, y casi la mitad de las muertes se produjeron en los Estados fronterizos de México.
Camboya y Tailandia, longitud: 800 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: docenas de muertos y decenas de miles de desplazados a ambos lados de la frontera por una disputa territorial que se remonta a la época colonial.
República Democrática del Congo y Angola, longitud: 2.500 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: miles de mujeres y niñas congoleñas expulsadas de Angola sufren violencia sexual a manos de las fuerzas de seguridad tanto de Angola como del Congo.
India y Bangladesh, longitud: 4.000 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: casi 1.000. Bangladeshíes muertos en los últimos 10 años.
Corea del Norte y Corea del Sur, Longitud: 240 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: La fortificación militar de la frontera llevada hasta el extremo, con casi 2 millones de soldados, además de las armas nucleares norcoreanas.
Venezuela y Colombia, longitud: 2.050 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: cientos de rebeldes izquierdistas que salen de Venezuela para regresar a Colombia.
Chad y Sudán, longitud: 1.360 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: los grupos rebeldes armados que atacan a los cientos de miles de refugiados de Darfur.
Arabia Saudí y Yemen, longitud: 1.450 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: los rebeldes houthi en el norte de Yemen, Al Qaeda en la Península Arábiga y la posibilidad de una entrada masiva de inmigrantes debido a la agitación que se extiende por todo Yemen.
China y Corea del Norte, longitud: 1.400 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: una inmensa crisis de refugiados debido a la inestabilidad en Corea del Norte.
Israel y Siria, longitud: 80 kilómetros. Por qué es tan peligrosa: inestabilidad en Siria, el miedo creciente a que se utilice la violencia fronteriza con Israel para distraer la atención de los problemas internos del régimen sirio.
Crónicas de prensa aseveran que hoy las relaciones son totalmente distintas a las de hace un año. Uno de los primeros actos del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, que tomó posesión en agosto de 2010, fue hacer las paces con Chávez. Esta mejora de las relaciones ha derivado en grandes cambios sobre el terreno para los rebeldes izquierdistas (ocultos desde hacía mucho tiempo en tierra venezolana, fuera del alcance de las fuerzas de seguridad colombianas), a los que Caracas se enfrenta cada vez más. Como consecuencia, aproximadamente 200 guerrilleros han atravesado la frontera para regresar a Colombia, y eso ha provocado un aumento de la violencia en la región fronteriza de Arauca. La frontera es hoy una de las zonas más peligrosas de Colombia, porque las FARC han volado oleoductos y gaseoductos, han atacado líneas de tren, atacan ferozmente a las fuerzas de seguridad colombianas, añadiendo además secuestros, extorsiones y asesinatos de manera indiscriminada.
En marzo de 2015, el Ejército colombiano interceptó un camión lleno de suministros para los rebeldes procedente de Venezuela. Según los militares, el vehículo llevaba 1,5 toneladas de explosivos, 4.800 metros de cordel de detonación, 17 fusiles, 42.000 balas y casi 200 uniformes, todos destinados a los supuestos 500 rebeldes de las FARC que se encuentran en Arauca. A pesar del incremento de la violencia, las autoridades colombianas y los residentes en la zona fronteriza están satisfechos de que Venezuela esté actuando contra los rebeldes. “Todavía queda mucho por hacer, pero nuestras relaciones con la policía venezolana están mejorando y existe una auténtica cooperación”, dijo la semana pasada el coronel William Guevara, jefe de policía de Arauca”. Desprevenidamente podríamos creer que éste es el problema y que sólo se presenta en la frontera de El Amparo (Venezuela) y Arauca (Colombia). Ante la faz del mundo se cubre el debate ideológico y la realidad cotidiana con las supuestas movilidades de grupos guerrilleros.
Debo conceptualizar en primera instancia, según lo aprendido en clase de “Historia y Limites de Venezuela” (Dra. María Eugenia Bello de Arellano – 2014), que el Límite es una línea imaginaria entre dos territorios, que pueden ser endógenas (entre territorios del mismo país) y exógenas (entre territorios de diferentes países). La Frontera la comprendo cómo la zona, o área, que acompaña el límite. Me atrevo a decirlo, la frontera es el componente “vivo” del límite. Y, por último, el Límite Fronterizo como la zona de contacto de personas, de actores dinámicos, buenos y malos, capaces de interactuar.
El límite, por lo tanto, es definido jurídicamente: ésta circunstancia se produce aún más claramente en el ámbito de sucesión respecto de tratados de frontera, donde, en ningún caso opera la tabla rasa pues al tenor del artículo 11 de la Convención de Viena sobre sucesión de Estados en materia de tratados de 1978, una sucesión de Estados “no afectará de por sí: a) a una frontera establecida por un tratado; ni b) a las obligaciones y los derechos establecidos por un tratado y que se refieran al régimen de una frontera” (FRONTERA, Ana Gemma López Martín- pág. 3).
El Límite Fronterizo, por el contrario, no queda definido por una Ley, un Acuerdo, un Decreto, ni una Resolución. En el Límite Fronterizo “crea” ilegalmente sus propias “leyes”, aplica sus propios “Acuerdos”, define con sus propias “Resoluciones”, actúa con sus propios “Decretos”. Citemos un ejemplo: la Ley dice que el Límite solo puede ser atravesado portando un pasaporte expedido legalmente por la autoridad competente del país respectivo a la nacionalidad legal de la persona. En el caso de una persona colombiana para salir del país debe cumplir con un marco legal establecido. (Numeral 11, Articulo 189 de la Constitución Política, la Ley 12 de 1947, la Ley 1212 de 2008 y el Decreto Ley 019 de 2012). Todo esto aceptado por la República Bolivariana de Venezuela según el artículo 6 de Ley de Migración y Extranjería de Venezuela, publicado en Gaceta Oficial número 38.224 del 8 de julio de 2005. Además, advierte en la parte final que una vez transcurrido el lapso de 90 días, si el ciudadano extranjero todavía está en Venezuela, este podrá ser prorrogado hasta por 90 días más. Esa solicitud se deberá adelantar en la oficina del Saime de la ciudad venezolana donde se encuentre.
Pero en la práctica existen diversas formas ilegales para atravesarlo. Una, pagar entre 200 BsF y 500 BsF, según el estado judicial de la persona que va atravesar el límite demarcado entre Cúcuta (Colombia) y San Antonio, Estado Táchira (Venezuela), puede incrementarse a 1.000 a 2.000 BsF si va acompañado de su esposa y hasta 5.000 BsF si es acompañado de sus hijos. Otra, pagar 300 BsF a una moto taxista, reconocido ya por las autoridades en el puesto fronterizo de Peracal, y la tercera, para damas, pagar con fortuitas relaciones sexuales el derecho a pasar el Límite entre Colombia y Venezuela.
Otro ejemplo sería el paso de mercancías de Venezuela hacia Colombia. Con un marco legal detallado: Acuerdo con la Comunidad Andina de Naciones, Decisión 324 de 1993. Can – Mercosur, Ley 1000 de 2005. TLC G2, Ley 172 de 1994. Acuerdo de Alcance Parcial con Venezuela, Decreto 1860 de 2012. La realidad en el Límite Fronterizo fue expuesta periodísticamente en la página de Portafolio bajo el título: La Parada, un barrio que vive del contrabando. Dice el artículo: caminar por las calles de La Parada, en la frontera con Venezuela, es como hacerlo por un supermercado a cielo abierto en territorio de ese país. Muchas de las casas se convirtieron en depósitos de mercancías venezolanas que son exhibidas en los andenes de las mismas.
Los ruidos al paso de los camiones 350 y 750 por sus calles todas las madrugadas, dejan ver la magnitud del contrabando desde ese país hacia Colombia, según comprobó Portafolio. Los vehículos pasan por las trochas del río Táchira o por el puente internacional Simón Bolívar cargados con víveres, electrodomésticos, repuestos, gasolina o diésel, entre otros, hasta este barrio del municipio de Villa del Rosario (Norte de Santander). Allí descargan los productos, que son distribuidos al por mayor, y al detal, a tiendas en el mismo sector, o en Cúcuta, Norte de Santander llegando hasta departamentos como Santander, Boyacá y Cundinamarca.
Lo curioso es que se encuentran los mismos artículos que escasean en Venezuela: alimentos, productos de aseo tanto personal como del hogar, repuestos para carros y motos, barriles y pimpinas de diésel y gasolina; y todo al mismo precio, más barato o con un leve incremento con respecto a cómo se consigue en los supermercados de Venezuela. La crema dental grande es a 1.500 pesos, una bandeja de 12 botellas de salsa de tomate cuesta 20.000 pesos, un kilo de arroz o de azúcar, tan solo 200 pesos.
Por este motivo, los mismos habitantes de Venezuela, incluso desde Maracaibo, a cuatro horas en carro, vienen a comprar lo que no se consigue allá y sin las consabidas limitaciones de cantidades, largas filas o documentos para demostrar que sí viven en dicho país. Un funcionario de San Antonio del Táchira, en Venezuela, afirma que, comúnmente, los camiones salen cargados con los productos desde el interior de Venezuela para los supermercados fronterizos de nuestro país, pero los dueños de estos los venden directamente a los contrabandistas y son descargados de este lado de la frontera. “Ellos ya han arreglado con la guardia venezolana a lo largo de todo el camino”, agregó esta persona que pidió no ser identificada.
El negocio da para todos: para las autoridades (civiles y policiales), para los contrabandistas y para las Bandas Criminales (Bacrim) en ambos países. Incluso los ‘Urabeños’ y los ‘rastrojos’ fijan los precios a los que son vendidos los productos para que los minoristas y mayoristas de la zona no especulen con los mismos. El contrabando no solamente se hace a gran escala, también hay nuevas modalidades: los conocidos como ‘hormiguitas’ (bachaqueros), que compran los tres productos que permite pasar por el puente la guardia venezolana; y de eso viven. Y los maleteros, que se encargan de pasar todo el día la carga a través del río. Pero el contrabando no es solo de allá para acá. Cuando definitivamente no se encuentran algunos productos en Venezuela, como embutidos o artículos de aseo, los camiones hacen el camino de vuelta sin ningún tipo de problema.
Un conocedor del tema en Colombia le manifestó a Portafolio que hay serios indicios que el contrabando en Venezuela es dirigido al más alto nivel. La entidad que maneja este tema en Venezuela es el Servicio Nacional Integral de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat), cuyo superintendente es José David Cabello Rondón, hermano del integrante de la Asamblea Nacional del país, Diosdado Cabello. La fuente agregó que el interés de José David por atacar el tema es muy poco y que hay algo que hace que los hermanos Cabello tengan muy poco interés en lidiar con el asunto. “Lo que se escucha es que la corrupción comienza en el alto gobierno, pasando por los altos mandos militares hasta los niveles más bajos”, dijo el experto.
Juan Ricardo Ortega, director de la Dian, afirma que la lucha contra el contrabando es más de fuerza pública que administrativo ya que la entidad vigila directamente las aduanas. Ortega afirmó que la cantidad de contrabando es inimaginable ya que se calcula que desde Venezuela pasan, de solo gasolina, unos 600.000 galones diarios. Agregó que hay tres canales de contrabando, el de Arauca, el de Norte de Santander y el de La Guajira, cada uno con sus características. (Unidad Investigativa Portafolio – enero 8 de 2014).
Se pueden citar muchos casos. Y en ellos encontraremos que todos están jurídicamente sustentados. Pero la realidad del Límite Fronterizo no se somete a ningún tipo de Ley. Se bloquean los puentes internacionales cada vez que lo desean. Se llevan y se traen todos los productos y mercancías que existen. Se pagan “los impuestos” establecidos por los grupos al margen de la Ley. Se obedece y se acatan las disposiciones que se tomen en cantidades a comercializar, valor por unidad o por cantidad, horas para la movilidad, precio por cada vehículo, y, lo increíble, hasta el valor por persona para transitar sin ningún tipo de documento legal que lo acredite como importador o exportador, como trabajador o bandido, como dama o prostituta.
Las leyes se determinan para el Límite, pero los actores de la Frontera se acostumbran a vivir en medio de la ilegalidad. Unos para subsistir y llevar míseras cantidades de dinero que sustentan los gastos de un hogar o de una familia, otros, muy pocos, no saben cuántos millones tienen ya en las cuentas bancarias del mundo, mientras la violencia en todos los órdenes se ha tomado el eje fronterizo gracias a la falta de autoridad de los dos gobiernos hermanos.
Los pasos fronterizos legales entre Colombia y Venezuela son el de Paraguachon, corregimiento de Maicao en la Guajira, para ingresar a Venezuela por el Estado Zulia; el municipio de Puerto Santander, Norte de Santander, para ingresar a Venezuela por Bocas de Grita, caserío de La Fría capital del municipio García de Hevia, en el estado Táchira; Boconó, corregimiento de Cúcuta hasta 1986. A mediados de la década de los 40 del siglo pasado sólo conformaban el poblado unos 25 ranchitos «al estilo indígena», y vivían como un resguardo. A comienzos del siglo XX estas tierras producían maíz, yuca, plátano y guineo negro y había muchas huertas proveedoras de mercado cucuteño, hoy barrio de la ciudad de Cúcuta, para ingresar por el municipio Pedro María Ureña (Estado Táchira); La Parada, corregimiento del municipio de Villa del Rosario, para ingresar por el municipio de San Antonio (Estado Táchira); el municipio de Herrán, subregión sur oriental del Norte de Santander, para ingresar por Delicias del municipio Rafael Urdaneta a territorio venezolano; Arauca, capital del departamento del mismo nombre y que limita con El Amparo, municipio del Estado Apure, región llanera al sur oeste del país de Bolívar y Puerto Carreño, capital del departamento del Vichada, para ingresar por Puerto Páez la capital de la Parroquia Codazzi al sur del Estado Apure, una población rodeada de varios ríos: por el Norte el Cinaruco, por el Sur el Meta, y por el Occidente el Orinoco. Como podemos percibir son legalmente siete (7) pasos fronterizos, aceptados y convenidos por los dos países.
El contraste es con el informe que entrega el comandante de la Policía Fiscal y Aduanera, general Gustavo Moreno, a RCN La Radio en el mapa de las rutas por donde entra la mayor parte de mercancías de contrabando al país, principalmente en la frontera con Venezuela. (Noticas RCN, 17 de octubre de 2013, 12:06 PM). En síntesis, entre Paraguachon y Cúcuta encontraron trescientos veintisiete (327) pasos ilegales, y entre Cúcuta y Puerto Carreño, en el Vichada, ciento veintisiete (127) pero sin contar los que se hacen por los ríos, donde no puede elaborarse una estadística oficial por la facilidad de hacerlo (el paso) por cualquier parte de esos afluentes. Pero si tomamos lo que se oficializó, estaríamos llegando a cuatrocientos cincuenta y cuatro (454) pasos ilegales contra siete (7) legales. El porcentaje de legalidad es mínimo ante el que representa la ilegalidad.
Pero de todos los siete (7) pasos legales, Cúcuta concentra la mayoría de problemas. En la sección “Nación”, de la revista Semana, fechada el día veinte (20) de junio de 2015, y bajo el título “Cúcuta, problemas en la frontera” se cita que es claro que, por estar en una zona de frontera, la capital de Norte de Santander tiene una situación diferente a las demás capitales del país. Por allí se mueve una gigantesca economía ilegal que, alimentada por el contrabando y el narcotráfico, ha hecho que las FARC, el ELN, el EPL, así como los Rastrojos, los Urabeños, el Clan Úsuga y otras Bacrim se enfrenten por controlar esas importantes fuentes de financiación. Ese choque de fuerzas es culpable, en buena medida, de los asesinatos y las desapariciones que se están dando en esa zona.
Según el informe del Consejo de Seguridad Pública y Justicia Penal, realizado en México, Cúcuta ocupa el puesto 47 de las 50 ciudades más peligrosas del mundo. Además del secuestro, a los cucuteños los alteran los homicidios que se registran cada año, (195 ocurridos el año 2014). En Cúcuta se ve no solo el “raponazo” de cadenas o celulares, sino también mucho robo a mano armada, que según algunos expertos se ha disparado por la presencia de delincuentes y prostitutas venezolanas que prefieren ganar en pesos.
La Policía, sin embargo, no desconoce que la frontera tiene ingredientes para ser una zona convulsionada, pues el narcotráfico y el contrabando de gasolina son una mezcla peligrosa. Esta última es uno de los insumos básicos para procesar la hoja de coca. Además, la más reciente cifra oficial de cultivos ilícitos en Norte de Santander indica que en el Catatumbo hay 6.345 hectáreas de ese cultivo, es decir, el 13,16 % de las sembradas en Colombia. Por trochas o lugares concurridos, se mueven un indeterminado número de toneladas de droga al año. “Se han descubierto 51 trochas en la zona de frontera de Cúcuta y Ureña y San Antonio del Táchira. Se debe destacar que hay trabajo de cooperación entre Policía Nacional de Colombia y la Guardia venezolana. Con los operativos se han hallado y destruido 124 laboratorios de hoja de coca, lo que ha dejado la captura de 218 personas”, recalcó el coronel Jhon Aroca, comandante de la Policía departamental.
Organizaciones de derechos humanos de Norte de Santander, por otra parte, como la Fundación Progresar, han denunciado que otra de las problemáticas de la región es la desaparición forzada, que mientras en 2014 llegó a 318 denuncias, a finales de abril de 2015 ya bordea las 110. Esto ha ido de la mano de los homicidios al señalar que, según cifras de la fundación, del total de los crímenes en Cúcuta, 175 fueron perpetrados por sicarios.
En concepto de su director, Wilfredo Cañizares, las percepciones de inseguridad de la gente existen porque ha perdido la confianza pues “hay sectores de la fuerza pública proclives a la convivencia con sectores criminales”. Progresar le ha pedido al gobierno que le dé un tratamiento diferencial a la criminalidad, con respecto a lo que se aplica en el resto del país, de acuerdo con todos los grupos que convulsionan la región; pero, además, le exige que ‘le pague’ la deuda social y económica a Cúcuta, al haberla olvidado en cuestiones de desarrollo y emprendimiento.
En la actualidad existe una realidad más o menos aceptada por gran parte de la academia y las sociedades colombiana y venezolana. Se acepta que en la zona fronteriza existe una presencia y cada vez mayor influencia de estructuras criminales. No obstante, para gran parte de la opinión pública no resulta claro el grado de fortaleza, el nombre y tipo de estructuras criminales y, sobre todo, los vínculos con sectores de la legalidad. Este debate ha quedado extraviado en medio de discusiones ideologizadas y permeadas por posturas políticas. Se debe aclarar que la presencia de organizaciones criminales no es nueva en la zona de frontera. Por ejemplo, desde finales de la década de los ochenta, la presencia de grupos guerrilleros, tanto del ELN como de la guerrilla de las FARC, ha sido importante. Incluso, entre 1993 y 1996, bajo la administración de Caldera, el gobierno venezolano pidió abiertamente al gobierno colombiano el inicio de un proceso de paz, ya que crecía la necesidad de controlar este fenómeno. Igualmente, desde 1994, el Cartel de Cali, y más tarde en 1998 también el Cartel del Norte de Valle, comenzaron un traslado planeado hacia Venezuela y Panamá de varias de sus estructuras. El propio jefe de los “Rastrojos” moriría en Venezuela años más tarde. Sin embargo, no sería hasta el año 2003 y 2004 cuando la situación comenzó a ser preocupante.
En los primeros años del nuevo milenio confluyeron cinco situaciones que agravarían las dinámicas de seguridad en la zona fronteriza. Esas cinco situaciones que agravan la seguridad en la frontera son:
en primera instancia el fortalecimiento de la presencia y control de los grupos armados ilegales en la zona de frontera del lado colombiano inicialmente, y posteriormente del lado venezolano, guerrilleros y paramilitares.
La segunda fue un proceso de desinstitucionalización del Estado venezolano en la zona fronteriza, básicamente después del golpe de Estado y del paro petrolero en 2001 y 2002. Hubo un recambio en cerca del 60% de los funcionarios públicos; es decir, el oficialismo cambió la gran mayoría de la burocracia estatal, que era inexperta en la administración pública en su gran mayoría, y esto causó cierto desgobierno que fue aprovechado por las organizaciones criminales.
La tercera situación es que Venezuela se convirtió en un país de tránsito para la exportación del narcotráfico en la medida que los controles de la DEA (Agencia Antidroga estadounidense) por el Caribe aumentaron. Además, los carteles mexicanos lograron controlar cerca del 90% del tráfico de drogas hacia Estados Unidos, los carteles colombianos se vieron obligados a buscar nuevas rutas, y Venezuela se convirtió en la mejor opción. Desde allí se ha creado la ruta por África, con paso a Guinea Ecuatorial, único país de habla castellana en África que está siendo cooptado por narcotraficantes colombianos y brasileños. De tal forma que la frontera entre Colombia y Venezuela es zona de disputa y de interés para diferentes carteles: los “Rastrojos”, “Urabeños”, y los herederos del “Loco” Barrera, así como los “Zetas”, y más recientemente el Cartel de Sinaloa. Así mismo, dos carteles dominicanos se disputan la ruta que va desde Colombia y atraviesa Venezuela, ya sea hacia el Caribe o hacia África para llegar a Europa.
Una cuarta situación que ha confluido ha sido la diferencia cambiaria: un galón de gasolina cuesta del lado venezolano algunos centavos de dólar, y en Colombia está por encima de los 4 dólares. Similar situación se presenta con el precio de los alimentos, y por ende el tráfico de alimentos y gasolina es ya un mercado ilegal de grandes proporciones. Según el ministerio de Minas de Colombia un millón de galones de gasolina ingresan mensualmente a Colombia.
Y la quinta situación fue la divergencia de enfoques de la Política Pública de Seguridad entre ambos Estados. Por un lado, Colombia se ha enfocado en el tema de combate a grupos armados ilegales internos (un tema de seguridad, si bien nacional pero interna) y por ende su política de compra de armas, inteligencia e inversiones se enfocan a ello. Por otro lado, Venezuela tiene una línea de seguridad exterior en la que albergan la posibilidad de una invasión externa, y la promoción de golpes de estados por terceros países, y en estas hipótesis centran el objetivo de su estrategia militar. Esto quiere decir al menos dos cosas: primero, no había un lenguaje común a la hora de la cooperación militar, no solo en sus prioridades. Segundo, la cooperación tampoco funcionó debido a quejas y peticiones de priorizar supuestas amenazas para que la cooperación fluyera. El gobierno colombiano pedía mayor combate a las guerrillas y el venezolano al paramilitarismo. Recientemente, ambos gobiernos se han hecho conscientes de esta situación y han comenzado a cooperar: la captura del “Loco” Barrera, de “Valenciano”, o de “Diego Rastrojo”, todos ellos jefes narcotraficantes y algunos ex paramilitares son muestra de esta cooperación. Igualmente, el Plan Patria Segura del gobierno venezolano ha priorizado algunas zonas de frontera al igual que lo ha hecho el gobierno colombiano, y al parecer dicha coordinación comienza a dar sus frutos. Sin embargo, la lucha contra la corrupción en ambos lados de la frontera aún es mínima, lo que ha garantizado que el crimen organizado tenga estabilidad en esta zona.
Las acciones gubernamentales son de menor trascendencia e impacto. Las visitas presidenciales, y ministeriales, solo permiten albergar esperanzas de un gobierno que detalle y diagnostique la verdadera realidad de Cúcuta. Las medidas transitorias solo permiten ahondar todos los problemas. El olvido administrativo de la zona de frontera es cada día más prioritario para no dejar a una sociedad en el olvido.
Conclusión.
No somos pesimistas, pero casi siempre en los indicadores de involución del desarrollo, Norte de Santander y Cúcuta son los afectados. La ciudad se estancó en el tiempo y sólo se ha llenado de edificios y centros comerciales que son la careta de la realidad verdadera de la ciudad considerada “la perla del Norte” en las épocas del cincuenta y sesenta. De ahí en adelante hemos involucionado en todos los sectores y miramos con desesperación una solución real para que no sigan considerándonos como la “la ciudad del torcido”, del traqueto, del narcotraficante, de la prostituta, del desempleo, del facilismo y del folclorismo cultural. Estamos cansados que entre la legalidad del límite hayamos desarrollado una frontera ilegal en todos los sentidos.
Referencias:
Angarita, M. (2010). Cúcuta desde sus inicios hasta hoy.
Cúcuta: Academia de Historia Bello, M. E. (2014). Historia y límites de Venezuela. Mérida: ULA.
Comunidad Andina de Naciones. (1993). Decisión 324 de 1993
CAN – Mercosur. (2005). Ley 1000 de 2005
Codazzi, Agustín (1841). Resumen de la geografía de Venezuela (Venezuela en 1841) II. Colección Viajes y Naturaleza. Caracas: Biblioteca Venezolana de la Cultura, Ministerio de Educación Nacional. pp. 5, 6, 7
Constitución Política de Colombia de 1991.
Decreto Ley 019 de 2012 de Colombia.
Decreto 1860 de 2012 de Colombia
Decreto Ley 1514 de 2012. Por el cual se reglamenta la expedición de documentos de viaje colombianos.
Feijó, C. (2014). Conferencia ULA
Kaldone, G. (2014). Frontera y Límite en su marco mundial: una aproximación a la “Fronterología”. Caracas. Venezuela. Equinoccio y EAEAL USB.
Ley 12 de 1947 de Colombia
Ley 172 de 1994 de Colombia
Ley 1212 de 2008 de Colombia
Noticias RCN. (2013). Reportaje sobre frontera Cúcuta – Venezuela del 17 de octubre de 2013
Periódico El Tiempo. «Colombia no reclamará Los Monjes». Consultado el 24 de junio de 2015
Portafolio. (2014), Unidad investigativa. Rondón, P (2014). Conferencia ULA. Tratado de Libre Comercio. El G2
Desde el inicio del proceso de Revocatoria del Mandato de César Rojas Ayala el abogado Pedro Manuel Murillo Salcedo, promotor del colectivo Sí Podemos Revocar Cúcuta, ha recibido constantes intimidaciones y amenazas de muerte tanto vía telefónica como directamente y ademas le rondan sujetos extraños en los alrededores de su vivienda, y nuevamente hoy 27 de Julio de 2017 entre las 7:00 y 7:30 am cuando se encontraba en su lugar de trabajo, le rompieron el vidrio lateral izquierdo del vehículo de su uso personal.
Es de conocimiento de este medio que el señor Murillo ya a efectuado las acciones pertinentes ante la Fiscalía, Defensoría y la UNP en busca de la seguridad propia y de su familia.
No obstante estas continuas acciones terroristas contra los Mecanismos de Participación Ciudadana (Ley 134 de 1994 y Ley 1757 de 2015) y sus promotores, reflejan el temor de un grupo de personas delicuentes que no desean el cambio del mandato del burgomaestre de la Alcaldía de Cúcuta
El funcionamiento y el cumplimiento de las funciones de la mesas tiene implicaciones en recursos técnicos, logísticos y presupuestales para asegurar su sostenimiento, por ello la Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, Unidad para las Víctimas, y las Alcaldías, Distritos y Gobernaciones deben garantizar el funcionamiento de las Mesas (numerales 5o y 10 del artículo 168 de la Ley 1448 de 2011 y artículo 262 del Decreto 4800/2011).
Las funciones de las Mesas de Participación de Víctimas están contenidas en el artículo 279 del Decreto 4800/2011 y en el protocolo de participación efectiva, artículo 8, Resolución 0388/2013, entre esas funciones esta ejercer veeduría ciudadana sobre el cumplimiento de la Ley 1448 de 2011. En esta labor los integrantes de la mesa deberían solicitar diferentes talleres de capacitación a la Contraloría en los temas de veedurías ciudadanas, elaboración de presupuestos públicos con el objetivo de realizar un análisis más técnico.
Aunque según el protocolo las Mesas de Participación deben estar conformadas por organizaciones de víctimas y organizaciones defensoras de los derechos de las víctimas, en gran parte del país la realidad nos muestra que la mayoría de las mesas están conformadas sólo por organizaciones de víctimas y que con la prohibición de contratación a las organizaciones defensoras de los derechos de las víctimas, estas desistieron de hacer parte del proceso, creando un vacío en el asesoramiento técnico de las mesas. Por ello, se hace necesaria la creación de una plataforma de apoyo para asesorar a las mesas en las caracterizaciones de la población víctimas, análisis de la implementación de la política pública y presentación de propuestas.
Al parecer uno o más Concejales, NO se encuentran de acuerdo en que estos Miembros de la Corporación (Ediles y Edilesas) hagan parte del evento, debido a «Ideologías Oligarcas» donde no se quiere que la plebe este allí, por decirlo coloquialmente.
De mi parte considero un abuso de poder por parte de los implicados, el que marginen a estos miembros, a razón de que ellos también hacen parte de la corporación, ya que fueron elegidos por el pueblo.
Según el presidente de la Federación Nacional de Ediles de Colombia, Juan Carlos Melendez Aguirre, «Los ediles funcionan el día de las elecciones, cuando se están eligiendo los alcaldes, los gobernadores, los concejales, un grupo de personas a quienes buscan los caciques políticos porque saben que tienen un trabajo y un liderazgo en sus comunidades».
Teniendo en cuenta que la Ley 1551 de Julio 6 de 2012 los puso a trabajar, les ordena que deben hacer hasta 80 sesiones ordinarias por año y hasta 20 extraordinarias y todo esto ¿ad honorem?, y ahora tampoco se les permite participar de este tipo de eventos.